domingo, 2 de mayo de 2010

Geografía II - Trabajo III - Ejemplos de Artículos para el Anexo

Riesgos de futuras catástrofes en la Argentina
http://www.clarin.com/diario/2005/12/13/sociedad/s-03615.htm
La Argentina podría enfrentar desastres asociados a procesos naturales con grandes impactos sociales y costos económicos. No hay certezas absolutas, pero prestigiosos especialistas consultados por Clarín opinan que faltan medidas para que el país esté mejor preparado ante las catástrofes. Y esas medidas deben incluir desde un mejor monitoreo de la actividad volcánica hasta planes básicos de contingencia. Según los expertos, la mayoría pertenece a instituciones públicas dedicadas a la investigación científica, mucho se puede hacer hoy para que los impactos de los desastres sean menores mañana.

Terremotos

En 1944, el peor terremoto de la historia argentina destruyó la ciudad de San Juan y causó diez mil muertes en una población de noventa mil personas. Y esa catástrofe no sería sólo un desastre del pasado. "Podría volver ocurrir algo similar en los próximos diez años", reconoció a Clarín el ingeniero Alejandro Giuliano, director del Instituto Nacional de Prevención Sísmica, con cincuenta estaciones específicas instaladas en el país.

El Noroeste y la región de Cuyo están en la mira de los expertos en sismos. Giuliano insistió en que son imprescindibles ciertas medi das de prevención. Por empezar, en 2002 se sancionó en el Congreso sancionó un Plan Nacional de Educación para la prevención sísmica. Pero hasta el momento, sólo Catamarca, San Juan y Mendoza lo pusieron en práctica. "Los chicos deberían familiarizarse en las escuelas y ser los multiplicadores de la información en sus hogares", afirmó Giuliano. "Es crucial que las provincias y los municipios verifiquen y controlen que las construcciones sean resistentes a sismos".

Volcanes

En la Cordillera de los Andes, existen alrededor de sesenta volcanes activos. La gran mayoría está en Chile, como el Villarica o el Osorno. Pero por la influencia de los vientos del Pacífico, las erupciones pueden hacerse sentir en el territorio argentino, como ocurrió en 1991 con el volcán Hudson que arrojó unas 2.500 millones de toneladas de materiales y afectó a los habitantes de Los Antiguos y de Perito Moreno, en Santa Cruz. Para los próximos diez años, existe la posibilidad de que se produzca otra gran caída de ceniza volcánica en la Argentina, según Gustavo Villarosa, investigador de la Universidad Nacional del Comahue. "No podemos decir exactamente cuándo, pero sabemos que algunos podrían hacer una erupción. Aunque no toda erupción es explosiva". Y mencionó a los volcanes Osorno, Calbuco, Puyehue y los del Cordón Caulle, como los que podrían ser algunos de los más temibles. Villarosa y Corina Risso doctora en geología de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, opinaron que debería organizarse un sistema de alerta y vigilancia en cooperación con Chile. "Menos del 50 por ciento de los 60 volcanes son hoy vigilados", alertó Risso.

Incendios forestales

Durante los últimos cinco años, se produjeron 14.000 incendios anuales en bosques y campos, según datos de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable. El 95 por ciento de esos incendios son causados por la gente que, por descuido o intencionadamente, provoca la pérdida de valiosos recursos naturales.

Se gastan más de 11 millones de pesos en la prevención y la lucha contra el fuego, según el ingeniero forestal Fernando Epele, coordinador del Programa Nacional del Manejo del Fuego. El freno a los incendios pasa por la información y por el cambio en el comportamiento de la gente. "Creemos que el número de incendios bajará a partir de que la gente tome mayor conciencia", sostuvo Epele.

Desertificación

"No será tan visible, tan apabullante, como otros desastres ambientales, pero los procesos de desertificación y degradación de los suelos seguirían en aumento", afirma el director del Instituto del Suelo del INTA en Castelar, Roberto Casas. Se calcula que el cincuenta por ciento de la superficie de la Patagonia, el Noroeste argentino, Cuyo y parte de San Luis y La Pampa sufre desertificación en grado moderado a severo por exceso de pastoreo o por prácticas incorrectas en la agricultura. "En el Chaco, el problema avanza por el desmonte de áreas semi áridas", señaló Casas. En la región pampeana, la desertificación implica la pérdida de mil millones de dólares por año. Para evitar la tendencia, Casas sugirió que "los agricultores deberían volver a la rotación de cultivos (incluyendo maíz, trigo y sorgo y no sólo soja) como componente del sistema de siembra directa, para evitar la degradación del suelo a mediano plazo".

Tornados

"Todos los años, ocurren tornados en distintos puntos del país y no hay razón valedera para pensar que no se producirán en los próximos diez años", afirmó la especialista, María Luisa Altinger de Schwarzkopf, quien trabajó en el departamento de Ciencias de la Atmósfera de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA. Los tornados podrían ser más frecuentes por acción del cambio climático que favorecería en el futuro la formación de nubes llamadas "tormentas severas" o "superceldas". ¿Dónde ocurrirían? En una zona que va desde Córdoba a Mar del Plata y Necochea, y también en una zona que abarca Corrientes y Misiones.

Aumento del nivel del mar

El nivel del mar Argentino crece cuatro centímetros por década, también por el cambio del clima. "Es probable que crezca algo más de quince centímetros en los próximos treinta años", afirmó Vicente Barros, investigador del Conicet en el Centro de Investigaciones del Mar y de la Atmósfera de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.

El
aumento del nivel del mar no causaría inundaciones permanentes en la costa. Sin embargo, aclaró el especialista, habría una mayor frecuencia de inundaciones por sudestadas en la zona del frente del Delta, el valle del río Reconquista y algunas zonas costeras del sur del Gran Buenos Aires y la zona sur de la Bahía de Samborombón. "En el Tigre —sostuvo Barros— la proliferación de barrios cerrados a lo largo de la costa creó una nueva situación de riesgo. Se urbanizaron sectores inicialmente bajos e históricamente inundados. No siempre se toman alturas de elevación del terreno acordes con el aumento del nivel del río". Barros sostiene que hay diferentes medidas a implementar: "Debería sancionarse una ley por la cual las personas que eligen vivir en zonas vulnerables se hagan cargo de eventuales desastres, siempre que se las haya informado.".


Inundaciones y sequías

En los años 80 y 90, las inundaciones provocaron enormes pérdidas económicas. Las principales amenazas se encuentran en las cuencas de los ríos Salado, Paraná, Paraguay y Uruguay, Limay, Negro y Alto del Plata. "No hay estudios que digan cuándo y dónde habrá inundaciones, pero es sabido que en los lugares donde ocurrieron grandes crecidas, pueden volver a producirse", afirmó Dora Goniadzki, directora de Sistemas de información y alerta hidrológico del Instituto Nacional del Agua. "Necesitamos establecer más estaciones para medir los afluentes de grandes ríos, como el Pilcomayo y el Bermejo, que hoy no se monitorean", opinó. La especialista también mencionó que los municipios y las empresas deberían elaborar planes de contingencia. Silvia Wolansky, de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la Universidad del Litoral en Santa Fe, agregó que "falta recursos financieros para dar capacitar a la población sobre cómo prepararse para las catástrofes, y deberían cumplirse las leyes que prohíben establecerse en zonas inundables".

El extremo contrario a la inundación, la sequía, también es considerada un desastre. Este año se produjo una gran sequía en la provincia del Chaco. Ocurrirán con más frecuencia? "No hay una evidencia categórica para la Argentina, pero sería mejor que se planifiquen obras donde se prevea asegurar a la población de agua potable de buena calidad", afirmó César Rebella, del Instituto de Clima y Agua, del INTA. Olga Penalba, investigadora de la UBA reveló que falta en el país un sistema de alerta temprana de sequías.

Invasiones biológicas

Las especies acuáticas animales y vegetales que se introdujeron en el país también pueden entrar en la lista de peligros naturales. Para el especialista Pablo Enrique Penchaszadeh, investigador superior del Conicet en el Museo Argentino de Ciencias Naturales ya se pueden anticipar algunos "desastres" para los próximos diez años. Los más dramáticos pueden ser:
 La invasión del mejillón dorado Limnoperna, que ingresó por el Río de la Plata en 1990 y que avanzó 250 kilómetros por año, llegó al Paraguay y al Brasil y conquistó todo fondo propicio. "Es un desastre con secuelas ecológicas y económicas incalculables —afirmó Penchaszadeh— El mejillón afecta bombas cercanas a los ríos y obliga a gastar más energía."
 La presencia en la Patagonia del alga asiática Wakame es un desastre en ciernes —estimó Penchaszadeh—, ya que desplaza a otras especies de algas nativas y cambia la estructura del fondo marino que puede ser arenoso o rocoso




Terremoto del Río de la Plata de 1888

De Wikipedia, la enciclopedia libre


http://es.wikipedia.org/wiki/Terremoto_del_R%C3%ADo_de_la_Plata_de_1888
El 5 de junio de 1888 se produjo el Terremoto del Río de la Plata, a las 3.20 UTC-3, con una magnitud de 5,5 en la escala de Richter. Su epicentro estuvo en 34°36′0″S 57°53′59″O / -34.6, -57.89972, su hipocentro a 30 km de profundidad, a 15 km al sur suroeste de Colonia del Sacramento y 41 km al este de Buenos Aires.

Testimonios periodísticos

El diario montevideano La Tribuna Popular del 6 de junio de 1888 describía al terremoto y a sus efectos de la siguiente manera: “El maderamen de las casas crujía fuertemente, las lámparas se bamboleaban, los muebles se movían y los cuadros caían de las paredes. Se rompieron objetos de cristalería y se pudo ver porcelana saltando de los aparadores. Los habitantes han permanecido en vela parte de la noche, azorados a causa de un fortísimo temblor de tierra…”
A su vez, un diario local de Colonia del Sacramento, La Lucha, relataba un hecho puntual: “El vapor Saturno, que venía de la capital vecina (Buenos Aires) navegaba tranquilo por el centro del canal con más de 20 pies de agua cuando de pronto se detuvo como si tocara el fondo. El capitán hizo echar la sonda pero se encontró con que el barco, movido por una fuerza oculta, zarpaba por sí mismo de la varadura y seguía su camino”.
El diario rosarino El Municipio a partir del 6 de junio transcribe telegramas desde Montevideo: anoche a las 12:20 sintióse en esta un fuerte temblor. Durante toda la fría madrugada numerosos grupos vagabundeaban por las calles temiendo se reprodujese el fenómeno. Hubo un primer pulso no tan fuerte, luego un reposo y posteriormente un seguno y ya fuerte pulso que duró 58 segundos. En los posteriores días la crónica manifiesta que se sintió en Buenos Aires, con la caída y derrumbe de muros de la obra de la Iglesia de la Piedad; y en La Plata; y para nada en San Luis y otras provincias de Cuyo, concluyendo que provendría directamente del mismo subsuelo.

Consecuencias

Afectó a todas las poblaciones de la costa del río de la Plata, en especial a las ciudades de Buenos Aires y de Montevideo. Produjo daños leves, ya que en estas ciudades aún no existían edificios de altura, ni trenes subterráneos. Aun así, posteriormente a este terremoto, en ninguna de las dos capitales se han tomado medidas antisísmicas en sus construcciones.

Antecedentes, precedentes y previsiones


Es evidente el pánico generalizado que surgió a raíz del sismo en los habitantes de las poblaciones de ambas márgenes del río de la Plata, dado que, tanto anteriormente como en la actualidad, no estaban familiarizados con los sismos. Sin embargo, ya se contaba con un antecedente registrado, el sismo del 15 de agosto de 1848 (161 años) pero como no provocó daños de magnitud como el de 1888, quizás se pensó que era un fenómeno aislado, o que, como el epicentro estaba lejano del continente y por lo tanto, lejano de las poblaciones, quizás se pensó que los futuros sismos se producirían en esas latitudes y no provocarían daños en el continente.
Pero cabe destacar que no existen en el mundo regiones asísmicas, por lo tanto el fenómeno se podría repetir en el río de la Plata, y como respaldo se cuentan con dos antecedentes: el sismo uruguayo del 26 de junio de 1988 y el del 10 de enero de 1990, el único registrado en el territorio continental uruguayo, sin mencionar las réplicas de los terremotos provocados por las placas tectónicas del Pacífico, que repercuten por lo general en la costa atlántica argentina, incluyendo Montevideo y Buenos Aires.
Se cree que estos sismos son provocados por una región en especial, la cuenca de Punta del Este, que está altamente fallada, por lo que puede haber movimiento de placas tectónicas, produciendo las ondas que dan lugar al temblor, según Alberto Benavídes Sosa, ingeniero agrimensor, master en geofísica, y ex presidente de Ceresis (Centro Regional de Sismología) para América del Sur.

Fuentes